Cristina Pizarro
En el libro “A cuerpo abierto” de Graciela Licciardi hay una estética de lo erótico que va más allá del discurso de liberación corporal, en tanto establece una ruptura del estereotipo del discurso erótico para dar cabida a distintos matices literario, vinculados con el ritual del amor, la búsqueda de la identidad, la expresión del amor a través de infinitas y múltiples manifestaciones.
Estamos ante la presencia de una poeta inmersa en una auténtica renovación que modifica la estructura de las ideas sobre la identidad de lo erótico afín a un contexto sociocultural que está en pugna con ciertos rasgos de la condición posmoderna.
La exaltación de lo impulsivo va perfilando un recorrido poético que desestructura el mundo de lo racional para destacar la dualidad entre cuerpo-mente, mito-razón.
Se observa una constante fruición de las voces poéticas del entorno que implican una meta de libertad, sin ataduras a cánones prefijados. Notamos una incesante aproximación de un destino cultural más allá de las apariencias.
Así como la letra se yergue en columna vertebral, la voz se torna en el paisaje secreto, en el susurro y el nombre. Se va estructurando con forma de caracol que deja entrever una sintaxis que se concentra en sí misma, para ofrecer la imagen de los cuerpos en estrecha unión. En el cuerpo se busca la identidad, entre los cuerpos se ejerce ese poder que atrapa la identidad que a veces se duplica, generando una escisión entre el yo y el otro. La destructividad, la muerte, la voz, los huesos, son formas básicas de focalizar con tono elegíaco la transitoriedad y la impermanencia.
En su conjunto, la obra es reveladora de un genuino oficio de escribir donde el decir y lo no dicho convergen en un auténtico equilibrio.
Cristina Pizarro (Escritora – Poeta – ensayista – Licenciada en Educación con doctorado en Literatura Infantil) (2006)