Cristina Pizarro
Sueños de águilas representa un título emblemático que nos lleva a un espacio elevado, en tanto que los sueños pertenecen al territorio de las alturas, no son pesadillas que van hacia lo subterráneo, sino sueños que se desean alcanzar, y que desde el estado de vigilia se podrán tornar proféticos para concretarlos en el mundo cotidiano.
El criterio de realidad que impera en todo el libro se fusiona con la visión del soñar que elegirá el camino de las águilas, ave de Zeus, cuyo papel de reina del cielo se liga a los ángeles y además, está presente en los ritos de las distintas culturas primordiales de América y otros continentes.
Graciela Licciardi entreteje con maestría de poeta, narradora y su compromiso espiritual, la enunciación de los pasos que guían el camino del guerrero, con el encanto de los relatos de leyendas indígenas y narraciones que nos abren el panorama para comprender nuestra vida interior.
Es en la conjunción del neg-ocio,(negotium) es decir, lo que se opone al ocio, y el reconocimiento de los valores que integran los lazos de la tarea grupal y comunitaria, donde se eslabonan y perfilan los rasgos necesarios, para ir construyendo esa identidad basada en el amor genuino, fruto de la fe y la esperanza.
Graciela Licciardi destaca el rol del líder que se constituye en orientar la disciplina, la organización de las distintas etapas de trabajo, con una planificación estratégica que prioriza las competencias individuales dentro del contexto social y familiar.
La fluidez en la comunicación, entendida como proceso en que emisores y receptores se unen, a través de canales abiertos que permiten la retroalimentación, para dar cabida a una gran cantidad de mensajes, que necesitan ser explícitos para evitar la ambigüedad y las malas interpretaciones, destacando en la escritura, Graciela, que la palabra encierra una multiplicidad de significados, apoyados por el gesto, la entonación y los registros de la voz, siendo ésta como el rostro, un espejo de nuestras almas.
Graciela, a través de Ezequiel, el personaje del Águila, que todo nos relata, nos lleva a reflexionar sobre lo que es el líder, que puede ser también cada uno para sí, ese líder que contagia su entusiasmo, en cuya etimología, se vislumbra el “arrobamiento, el éxtasis, la inspiración divina (derivado de theos, dios)”, promueve la resolución de problemas según los conflictos que se vayan generando; favorece la selección de prioridades; encauza la evaluación de las acciones realizadas; incita a aprender, a enseñar, a enseñar a enseñar; estimula la flexibilidad del pensamiento lateral y divergente; fortalece los vínculos en momentos de decaimiento de la vitalidad, alentando la necesidad de seguir adelante, incentivando la paz interior en un camino de liberación para romper ataduras que empobrecen y estancan el crecimiento del camino hacia el éxito, que requiere que surja desde el corazón, en donde la culpa no debería tener cabida.
El libro “Sueño de Águilas” remarca esa instancia para ayudarnos a comprender que “cada uno es líder de su propia vida” a través del símbolo del agua cuya siglas nos dictan, H2O, Humildad, Honestidad y Osadía para el dar y el recibir, sin tener miedo a la libertad.
Los testimonios que se transcriben de distintas personas comprometidas con el proyecto enriquecen el libro, con el sustento de una praxis posible que transforma en realidad los Sueños de águilas que nos narra Ezequiel y que hace que este libro sea una lectura imprescindible para todos nosotros.
Cristina Pizarro (Escritora – Poeta – ensayista – Licenciada en Educación con doctorado en Literatura Infantil) Buenos Aires, 21 de septiembre de 2008