“El regreso del Joven Príncipe” de Alejandro Roemmers, una escritura donde impera la Resiliencia
El término Resiliencia es la resistencia que oponen los cuerpos, especialmente los metales, a la ruptura por choque o percusión, luego se empezó a aplicar como “ una esperanza realista” y empezó a utilizarse en Medicina, Educación, Pedagogía, Sociología y Trabajo Social.
El origen etimológico del término deviene del latín “Resiliere”, que quiere decir “rebotar”, en este caso es la capacidad de la gente, de los pueblos, de rebotar y salir hacia delante en forma positiva a pesar de esas circunstancias que “lo tiran hacia abajo”.
Si consideramos a la Resiliencia un proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en un contexto de gran adversidad podemos decir: ¿acaso frente a los cuestionamientos adversos que se nos han presentado en la vida, la escritura no ha servido como un acto altamente positivo para que, en la catarsis efectuada, todos aquellos que lo ponemos en acto, nos hayamos podido despegar de todo lo negativo que hubiera sido de no depositar en ella toda esa adversidad y se haya trocado finalmente en algo positivo?
Boris Cyrulnik de Francia, habla de la maravillosa desgracia.
Toda esta larga introducción es a fin de aplicarla en la dinámica escritural de la novela “El regreso del joven príncipe” de Alejandro Roemmers.
En este contexto me permito aseverar que “el viajante” es un “resiliente de la vida”, su alter ego es aquel que se plantea sobre la adversidad en forma continua.
Las diferentes ocasiones y acciones culminantes de la historia que se va desarrollando en un marco de reflexión, llevan al lector a pensar que la existencia del ser humano es un constante camino en el que los contratiempos que se van presentando son enfrentados con total positivismo.
Hay momentos epifánicos donde el Joven Príncipe y el viajante protagonizan escenas de una estado supremo que los convierte en ejemplo de “resiliencia”.
Es interesante observar cómo la mimetización de los caracteres de ambos se convierte en un aliado incondicional para el triunfo.
El “acto resiliente” impera en los sentidos del joven Príncipe que ante las preguntas que formula constantemente al viajero va descubriendo cómo enfrentar ese mundo aparentemente desconocido, con una familiaridad que pronto va adquiriendo, como si fueran sentimientos preexistentes que denotan una anterioridad, sin lugar a dudas.
La resiliencia es un estado del alma, una postura frente a la vida, el sentido absoluto de superación frente a un mundo hostil, egoísta, indiferente, lleno de crueldad y de una completa ajenidad.
En “El regreso del joven Príncipe” , Alejandro Roemmers propone una marcada acentuación de la “resiliencia”puesta de manifiesto en la pugna por mejorar la visión del mundo en contraposición con la negatividad de algunas circunstancias reinantes, exalta la sapiencia en las determinaciones y o “sentencias” que emanan de esa apuesta a una vida mejor, enriquecida por la interioridad.
Un libro para deleitarse por el llamado a conciencia que conlleva y que a todo ser humano conmueve y es la de“Tratar de ser cada vez más feliz” y rechazar o “rebotar” todo lo malo que esté contenido en la adversidad.