COMENTARIOS: Nada es para siempre

Roberto Ferro

El ojo atraviesa el obsceno hueco, la piel blanca de la hoja que exhibe, plural, las cintas de cuero negro que trazan y parcelan su territorio de deseo; cada maniobra de cercanía es nueva; el presente del sentido no se presenta como tal, más que diciéndose a sí mismo como el pliegue que deslinda la sutura, el encuentro es también un rodeo, desvío, cada simiente se dispersa, cada injerto que insemina es antes diseminación, el término de la unión engendra dividiéndose, proliferando.

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Cristina Pizarro

…Un preludio amoroso inaugura el poemario “Nada es para siempre” de Graciela Licciardi. Entre el sueño y la vigilia, los labios escriben el deseo. Un mundo onírico de goce sensual en una alucinada escena de dos cuerpos en celo que se extasían.

Nos preguntamos ¿dónde está la realidad?, ¿dónde está la vida?, ¿qué es lo que importa?

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