«PACHU ¿Puede el amor cambiar lo incambiable?» de Gabriel D’Elia.

Graciela Licciardi (2011)

Prólogo de: «PACHU» ¿Puede el amor cambiar lo incambiable? de Gabriel D’Elia

Conozco a Gabriel D´Elia prácticamente desde que nació, pero no crean que tengo tantos años, él tampoco, y hoy cuento con la dicha y el placer de ser la persona que quiere prologar esta novela: “Pachu, puede el amor cambiar lo incambiable?”, que ustedes, nuevos lectores de algo escrito por este autor, que ha puesto toda la garra para poder hacerlo, apreciarán desde distintos puntos de vista. Yo les voy a dar el mío, desde el lugar de la literatura; lugar que ocupo desde hace algún tiempo y espero que les sea interesante.

Ya en el título D´Elia instaura un interrogante, el cual nos pone en estado de alerta desde el comienzo; se trata nada menos que de una pregunta acerca del amor, tema tan transitado en todas las corrientes artísticas. Habrá qué ver cómo el autor aborda esta temática; como primero, denota que hay algo que cambiar, que “aparentemente” parece ser “incambiable” pero sabemos qué filosóficamente ya Einstein dijo: “que para efectuar un cambio no debemos seguir haciendo siempre lo mismo” . Además todo sujeto es pasible de cambios y veremos que en el personaje de Pachu, la férrea voluntad y una paciencia infinita, son los pilares con los que se moverá a través de todas sus acciones.

Es notable cómo se va descubriendo la existencia del amor, ya que el mismo es un sentimiento que surge en el momento más inesperado y esto D´Elia lo maneja con maestría en esta novela.

En estos quince capítulos he podido observar que, a pesar de la fluidez de la narración de los hechos, hay un gran detenimiento en cada instante recreado por el autor. El tiempo es un elemento contundente que actúa como medio inflexible para condicionar al lector a seguir leyendo. Ésta podría decir, es una de las cualidades preponderantes del texto, ya que insta constantemente a despertar curiosidad en lo que está “ por-venir”.

Los personajes principales: Romi y Pachu van despertando en el lector sentimientos encontrados; por un lado Gabriel D´Elia nos acerca a ese ser entrañable, Pachu, que es su alter ego y que va sufriendo transmutaciones a lo largo de la historia; a pesar de su primera face de postura egocéntrica y conquistadora, tocando en el orden de lo obsesivo-compulsivo, denota, sin embargo, una vacuidad en lo que ha estado viviendo el personaje y no escatima la descripción de lugares de la infancia o de la juventud de los que ha querido “salirse” para surgir exitosamente en la vida. Además el mismo personaje reconoce sus fracasos y lentamente nos va introduciendo a su mundo interior donde no faltan el sarcasmo, la ironía y el humor en lo narrado. Así D´Elia nos va haciendo descubrir a un ser que, a pesar de recalcar todo el tiempo que “todo lo puede soportar”, es, sin embargo, vulnerable a las emociones humanas, lo cual nos hace encariñar con Pachu, ese ser que lucha siempre, a cada instante, sin perder nunca la esperanza.

También Romi Locañe es un personaje antagónico: no sabe muy bien qué hacer con su existencia; a lo largo de la narración la veremos fluctuar entre diferentes estados de ánimo, con una historia pesada y de conflictos que determinan las causas de esa “aparente” frialdad, que es su mecanismo de defensa que se crea ella misma y también se habla de autodestrucción, lo cual es un tema pasible de un profundo análisis.

D´Elia maneja con destreza los personajes secundarios, los amigos: Fede, Eze, Vale, Pablo,Elien, los vecinos, también juegan un papel importante, ya que ellos son los conductores de una vida que Pachu y Romi manejan pero de la que, en determinado momento, necesitan descansar o apartarse.

Además están los enemigos de Pachu: Diego y Pablo y las enemigas de Romi: Cin, la Ucra, y Yaqui, entre otras rubias más que van apareciendo como detonantes a lo largo de la novela y que crean la suficiente tensión para mantenernos en vilo.

El lenguaje popular que es utilizado, con códigos usados socialmente por los jóvenes, produce un acercamiento mayor a un rango de edad determinada y aquellos que ya hemos pasado ese rango, deberíamos tener una mente abierta y no “pacata y arcaica” para poder apreciar, en su justa medida, la elección de dicho lenguaje y en su expresión no tomarla como burda sino en forma francamente libre y desprejuiciada, lo cual hace a la novela más fresca y fluida.

El sentido de la amistad es reivindicado por el autor de esta novela, como así también los valores sociales y éticos, a través de diferentes reflexiones que aparecen en la narración y que no voy a mencionar para que el lector las descubra y medite sobre ellas.

La relación simbiótica que se produce entre Pachu y Romi es una clara manifestación de lo que a todo ser humano le ocurre: los sentimientos de amor, odio, bronca, desasosiego, impotencia, paciencia, aceptación, espera, incomprensión, placer, miedo y tantos otros, que el autor imprime en el accionar de los personajes y con los cuales cualquier lector sufrirá indefectiblemente una identificación, lo cual es un logro por parte de D´Elia.

Los innumerables diálogos perfilan la historia hacia una dicotomía en la que todos se ven inmersos y en la que se va desarrollando el ambiente de inestabilidad emocional en el que se mueven los personajes principales.

D´Elia nos sumerge con inteligencia en este terreno en que prepara al lector para hacerlo sentir impotente y con ello crea la incertidumbre necesaria para que se produzca la intriga de seguir leyendo.

Podría continuar con el análisis escritural de la novela pero entiendo que lo más importante es que sea leída y degustada “a piaccere” de cada uno.

Al final de estos primeros quince capítulos los personajes principales todavía no han definido totalmente su lugar en estado de conciencia determinada. Habrá que esperar a que Gabriel D´Elia nos siga entregando lo que ya, probablemente, haya escrito y lo dé a conocer. Veamos su propuesta y sumémonos a ella.

Desde mi lugar como escritora auguro gran éxito en este emprendimiento e insto a los lectores a contribuir para que eso se realice.

Gracias Gabriel D´Elia (yo lo escribo bien) por haberme elegido tu madrina para esta notable novela.

 

MADRINA DE LA NOVELA DE GABRIEL D´ELIA – “PACHU ¿EL AMOR PUEDE CAMBIAR LO INCAMBIABLE?” SE SOLIDARIZA CON LA PROPUESTA

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