COMENTARIOS: Sueños de Águila

Zulma Amín

El volumen “Sueño de Águilas” de Graciela Licciardi, se convierte para el lector en una guía directa hacia el respeto, la solidaridad, la integridad y la honestidad, instrumentados a través de la premisa declarada del amor, como el camino adecuado, el que conducirá al desarrollo de todas las potencialidades del ser; abarcando todas sus áreas de expresión.

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Cristina Pizarro

Sueños de águilas representa un título emblemático que nos lleva a un espacio elevado, en tanto que los sueños pertenecen al territorio de las alturas, no son pesadillas que van hacia lo subterráneo, sino sueños que se desean alcanzar, y que desde el estado de vigilia se podrán tornar proféticos para concretarlos en el mundo cotidiano.

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A cuerpo abierto/Ester de Izaguirre

Ester de Izaguirre

Gracias por acercarme tu libro «A cuerpo abierto», el cual estuve leyendo y disfrutando en estos días cuando tanto se necesita de la bella poesía, que sin duda incluye a tus versos.

Espero que siempre escribas «sin cadenas clausuradas», como aciertas al expresarlo en «Y aunque duela el vocativo».

Te mando un gran abrazo,

Ester de Izaguirre (Escritora – Profesora en Letras)

A cuerpo abierto/Silvia Pastrana

Silvia Pastrana

…el cuerpo del poeta no se agazapa frente a una hoja en blanco, sino que asume su rol en el mundo y declina lo que él deja descubrir, en otras palabras,el hilo de Ariadna urde su testimonio, su autobiografía.

En resumen, la mejor forma de apreciar “A cuerpo abierto” de Graciela Licciardi, es apropiándose de sus textos. La verdadera belleza de la palabra escrita está en la seducción con la que los hechos se complementan, “porque total/alguna vez morimos” porque “es el cuerpo/de mi cuerpo/…/la tímida sintaxis/ de surgir desnuda/ así/ completamente escrita”.

Silvia Pastrana (Escritora)

A cuerpo abierto/Cristina Pizarro

Cristina Pizarro

En el libro “A cuerpo abierto” de Graciela Licciardi hay una estética de lo erótico que va más allá del discurso de liberación corporal, en tanto establece una ruptura del estereotipo del discurso erótico para dar cabida a distintos matices literario, vinculados con el ritual del amor, la búsqueda de la identidad, la expresión del amor a través de infinitas y múltiples manifestaciones.

Estamos ante la presencia de una poeta inmersa en una auténtica renovación que modifica la estructura de las ideas sobre la identidad de lo erótico afín a un contexto sociocultural que está en pugna con ciertos rasgos de la condición posmoderna.

La exaltación de lo impulsivo va perfilando un recorrido poético que desestructura el mundo de lo racional para destacar la dualidad entre cuerpo-mente, mito-razón.

Se observa una constante fruición de las voces poéticas del entorno que implican una meta de libertad, sin ataduras a cánones prefijados. Notamos una incesante aproximación de un destino cultural más allá de las apariencias.

Así como la letra se yergue en columna vertebral, la voz se torna en el paisaje secreto, en el susurro y el nombre. Se va estructurando con forma de caracol que deja entrever una sintaxis que se concentra en sí misma, para ofrecer la imagen de los cuerpos en estrecha unión. En el cuerpo se busca la identidad, entre los cuerpos se ejerce ese poder que atrapa la identidad que a veces se duplica, generando una escisión entre el yo y el otro. La destructividad, la muerte, la voz, los huesos, son formas básicas de focalizar con tono elegíaco la transitoriedad y la impermanencia.

En su conjunto, la obra es reveladora de un genuino oficio de escribir donde el decir y lo no dicho convergen en un auténtico equilibrio.

Cristina Pizarro  (Escritora – Poeta – ensayista – Licenciada en Educación con doctorado en Literatura Infantil) (2006)

COMENTARIOS: A cuerpo abierto

Cristina Pizarro

En el libro “A cuerpo abierto” de Graciela Licciardi hay una estética de lo erótico que va más allá del discurso de liberación corporal, en tanto establece una ruptura del estereotipo del discurso erótico para dar cabida a distintos matices literario, vinculados con el ritual del amor, la búsqueda de la identidad, la expresión del amor a través de infinitas y múltiples manifestaciones.

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Silvia Pastrana

…el cuerpo del poeta no se agazapa frente a una hoja en blanco, sino que asume su rol en el mundo y declina lo que él deja descubrir, en otras palabras,el hilo de Ariadna urde su testimonio, su autobiografía.

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Ester de Izaguirre

Gracias por acercarme tu libro «A cuerpo abierto», el cual estuve leyendo y disfrutando en estos días cuando tanto se necesita de la bella poesía, que sin duda incluye a tus versos.

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Las palabras de la noche/Liliana Díaz Mindurry

Liliana Díaz Mindurry

Una escritura pasional: “no hay nada mejor que amar con las uñas y los dientes”. Es el gozo de la noche, de los miedos transformados en palabras, de las palabras transformadas en cuerpos. Palabras que espían, que pueden saltar como tigres, desgarrar, morder, devorar, hacer mucho más que jugar a la imbecilidad consumista que es una forma del desamor.

Palabras que salpican, gotean, reptan, existen. La belleza no es más que eso.

Liliana Díaz Mindurry (escritora – abogada) (1997)

Las palabras de la noche/Nélida Salvador

Nélida Salvador

Una trama compleja…esa fuerza del lenguaje llega a convertir el acto creador en un momento casi irracional donde confluyen los impulsos secretos frente a la articulada disciplina convencional. Con su ironía, no exenta de sentido crítico, Graciela Licciardi logra trasmutar la evidente confiabilidad de los sucesos diarios en un espacio verbal, regido sólo por lo contradictorio.

Nélida Salvador (1997) (periodista del Diario La Nación donde salió publicado el comentario)

COMENTARIOS: Las palabras de la noche

Nélida Salvador

Una trama compleja…esa fuerza del lenguaje llega a convertir el acto creador en un momento casi irracional donde confluyen los impulsos secretos frente a la articulada disciplina convencional. Con su ironía, no exenta de sentido crítico, Graciela Licciardi logra trasmutar la evidente confiabilidad de los sucesos diarios en un espacio verbal, regido sólo por lo contradictorio.

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Liliana Díaz Mindurry

Una escritura pasional: “no hay nada mejor que amar con las uñas y los dientes”. Es el gozo de la noche, de los miedos transformados en palabras, de las palabras transformadas en cuerpos. Palabras que espían, que pueden saltar como tigres, desgarrar, morder, devorar, hacer mucho más que jugar a la imbecilidad consumista que es una forma del desamor.

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Nada es para siempre/Cristina Pizarro

Cristina Pizarro

…Un preludio amoroso inaugura el poemario “Nada es para siempre” de Graciela Licciardi. Entre el sueño y la vigilia, los labios escriben el deseo. Un mundo onírico de goce sensual en una alucinada escena de dos cuerpos en celo que se extasían.

Nos preguntamos ¿dónde está la realidad?, ¿dónde está la vida?, ¿qué es lo que importa?

El amor duele en el cuerpo, deja marcas, grietas, se encamina hacia la muerte, hacia la nada.

Las palabras también son manchas, ¿por qué no pueden ser inmaculadas como nuestra concepción? Ascender al cielo y al éxtasis ¿por qué caerse en el abismo?

Una primera persona oculta en la letra un lenguaje que no puede perfilarse y sigue el vuelo para ser sólo palabra.

Lo ilusorio del mundo, la imagen falsa, que quiere ser símbolo, quiere ser signo, que busca la certeza de una idea. Lo aparencial y fenoménico.

La renitencia constante a la vuelta de hoja, al fondo de la página.

Es una escritura hecha de materia escrituraria.

La seductora comunión de la escritura entre los sonidos y el silencio, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte sin finitud.

Un texto revelador de una gran compenetración con el alma y el cuerpo, que la autora supo plasmar con un fluido lenguaje poético de genuina originalidad, digno de la mejor escritura femenina de los últimos años.

Cristina Pizarro (Escritora – Poeta – ensayista – Licenciada en Educación con doctorado en Literatura Infantil) (2003)

Nada es para siempre/Roberto Ferro

Roberto Ferro

El ojo atraviesa el obsceno hueco, la piel blanca de la hoja que exhibe, plural, las cintas de cuero negro que trazan y parcelan su territorio de deseo; cada maniobra de cercanía es nueva; el presente del sentido no se presenta como tal, más que diciéndose a sí mismo como el pliegue que deslinda la sutura, el encuentro es también un rodeo, desvío, cada simiente se dispersa, cada injerto que insemina es antes diseminación, el término de la unión engendra dividiéndose, proliferando.

…El ojo y la letra hacen el poema, el ojo y la letra tejen un monograma irrepetible, antes de trazar el laberinto ya están en su interior, mientras tanto se mueven en maniobras incesantes, buscan no soñar con falsas alas, retienen la lectura en el delirio, difiriendo el final, no se ilusionan con el retorno, están uno en el otro, entonces saben que nada es para siempre. La marea borra el borde, se lleva las ilusorias permanencias; los poemas de Graciela Licciardi entregan junto con su pequeña muerte, la insistencia del retorno…

Roberto Ferro  (escritor – Doctor en Letras – Ensayista) (1998)