Sebastián Jorgi – Dramaturgo y Profesor de literatura / Te prohíbo llorar

Muy buena puesta de María Isabel Cané, con una actriz solvente, Mirta Vidazo (sabe lo que quiere y sabe lo que hace), que se movió tomándose el vientre, en una catarsis de sufrimiento, desdoblada en hablarse a sí misma, a «su amor», al hijo, a la madre…”Te prohíbo llorar” desgrana una letra fuerte, de una voz femenina como la de Graciela Licciardi, compartida con un autor como Jorge Luis Estrella que es un poeta genuino, y que confirma aquello que escribió Homero Expósito: «primero hay que saber sufrir…». Es la proporción que se necesita para la escritura, sobre todo para el teatro.

Una buena dosis de letra sufrida, con una dirección muy bien ensamblada, marcando los movimientos de ida y vuelta, con una música-sonido apropiada y «la caminata de la actriz en diagonal».

La segunda parte (esto corre por «mi estructura») a partir de la apelación a la escuela secundaria y a la mamá, ofrece un crescendo hasta el final bien planeado.

Este tipo de obras unipersonales siempre es riesgosa, pues el espectador debe permanecer allí, hay que incitarlo momento a momento. Si el monólogo (en el sentido de la voz solitaria) llegase a decaer, el espectador se fuga.

En “Te prohíbo llorar” se mantiene latente el interés del público; pude percibirlo a lo largo de la puesta, pues el mérito está en la dramaticidad de la letra y la actuación, en esa auto-apelación, en ese interrogarse continuo, en esa duda existencial por el hijo futuro.

La actriz se desdobla y va más allá de hablarse y cuestionarse a sí misma : le grita al mundo su angustia.

Está impelida por confesarse, quizás para buscar la complicidad o la conmiseración de un mundo resquebrajado. Se le hace necesario el regreso al origen, a su mamá y de esta manera, arriesgo, intenta «purificarse» para volver a empezar.

“TE PROHÍBO LLORAR” es una obra intensa, que convoca al espectador y no lo deja. Se lo lleva puesto. Para seguir pensando en la tremenda soledad de esa mujer, golpeada por la vida.

Cristina Pizarro – Escritora, Licenciada en Educación / Te prohíbo llorar

El texto de la obra dramática Te prohíbo llorar se inscribe como monólogo en el que se conjugan distintas voces que arman la trama, tal vez sea la triada de madre-padre-hijo, y con mayor énfasis se plantea la cuestión en la díada, a partir del cuerpo que fecunda un ser en su vientre.

Se pone de manifiesto en este discurso teatral que hay una historia que se construye a partir de la intriga de la indecisión. Este proceso es una síntesis de elementos heterogéneos que se suceden en el relato de la protagonista, que sufre, que tiembla de miedo, por los múltiples acontecimientos pasados y el incidente que constituye el eje del conflicto.

De esa manera se contribuye al progreso de la historia a través del eje temporal que define el sentimiento de angustia y frustración ante la pérdida por el abandono de su primer marido y la muerte de su hijo.

Hay un tiempo que pasó y dejó heridas abiertas y hay otro tiempo que continúa, no se puede detener a pesar de la actitud de la mujer de mantenerse atenta y con manos a la obra.

Se suscitan corrientes antagónicas en el personaje que duda ante el nuevo alumbramiento y el deseo de vida de ese nuevo ser que se está gestando , que todavía no tendrá nombre, que es un insecto, una larva y que sin embargo, pugna por nacer.

Vilma Lilia Osella – Periodista y Poeta / Te prohíbo llorar

Cuando Graciela Licciardi tuvo la Génesis de esta obra, pensó en otro titulo que desechó muy pronto: «El sin nombre». Luego, Jorge Luis Estrella con su maestría y su destreza en la dramaturgia, enriqueció el texto en cuanto a tensión teatral y el título cambió. «Te prohíbo llorar» emerge del propio texto y la propia trama argumental.

«Tiene connotaciones de omnipotencia e impotencia a la vez», dice la autora; pero es así como transcurre este monólogo cuyos pliegues, por momentos luminosos y poéticos y otros sombríos, inciertos, inquietantes comprometen al espectador en una singular aventura: penetrar en el laberinto del alma humana que cuando habita un cuerpo de mujer no escatima los miedos, las honduras, la incertidumbre, la ternura, la intriga,el misterio y el coraje. Todos esos atributos necesita esta mujer sin nombre ni estado civil evidente, que le habla a un embrión que late en su seno. Viene de una derrota sentimental, de una mala experiencia de pareja, de soportar el dolor de un hijo enfermo que su padre ignora y detesta a la vez. Viene también del máximo dolor de sufrir su muerte después de haberlo cuidado y amado de forma superlativa. En suma, viene de una separación traumática y de la peor prueba vital. Entonces se enfurece con este disímil proyecto de hijo; piensa que va a entorpecer esta nueva relación que la ilusiona, que la catapulta hacia una nueva vida, que le da indicios concretos de esperanza.

Gracias a la destreza interpretativa de Mirta Vidazo, a la excelente selección de música fractal realizada por María Isabel Cané, quien también se luce con la certera dirección de la obra, el espectador navegará en dudosas aguas. ¿Ama o no ama la protagonista sin nombre a ese nuevo hijo al que insulta, acusa, explica, ultraja, y dialoga con él en ciertos momentos con infinita ternura? Esta ambivalencia nos introduce en la incoherencia interior de una mujer dolida y sola que también sola debe tomar una decisión. Las focalizaciones diversas, la predilección por las ideas encarnadas, los indicios concretados en distintos cambios de estados de ánimo del personaje, nos presentan a los autores como avezados buceadores que saben hallar las coordenadas para que este monólogo duro, fuerte, descarnado, a pesar de la desolación transitoria que genera, pueda llevar al espectador a aceptar ese final abierto que dice y no dice; que no dice pero advierte; que subyace pero, en definitiva deja librado al público el final, al mejor estilo Ionesco.

«Quisiera destacar que esta es mi primera obra de teatro; mi primera puesta en escena de una obra de teatro y que cuando me pienso acompañada en su elaboración y la veo representada, dirigida con talento y aceptada por el público, tengo una hermosa sensación: me siento muy feliz ante una experiencia por la que no pasé antes y la comparto con amigos. Y le doy Gracias a Dios», declara Graciela Licciardi. Y nosotros sabemos que podemos escuchar la entonación de diversas voces, a partir de esta propuesta singular.

Comentarios diversos de gente especializada sobre la obra.

Sobre la obra «Te prohíbo llorar»

Obra de Teatro «Te prohíbo llorar».

Ya no quiero ser yo. No quiero verme. No quiero estar. Ah, si se pudiera detener el río, voltear las aguas hacia la primitiva fuente. Pero no. Todo fluye hacia el océano, hacia el abismo. Hacia la consumación de los destinos.

Si yo pudiera, por un segundo al menos, detener la sangre que me arrastra al caos de la vida, intentaría darle un sentido a este terco fluir imperdonable. Pero no, mi sangre fluye, mi corazón late como debe latir y aquí estoy, ya ni pudiendo fingir que la casa está donde debe estar, porque tiemblan las paredes y el techo.

Justo cuando el sol parecía haberse acordado de mí, cuando mi boca estaba cálida de besos deseados, golpea a mi puerta la realidad y me dice que todo está peor que nunca!!!.

Ni siquiera puedo quedarme cruzada de brazos esperando que el tiempo solucione las cosas como hice en otras oportunidades. Algo voy a hacer, algo tengo que hacer. Sea como sea, voy a detener el río. (Mirándose la panza y hablándole todo el tiempo al feto)¿Qué para qué?, ¿Y vos me lo preguntás? Vos, que sos el…

Claro, querés saber para qué se detienen los ríos. Y yo, ¿yo sé para qué?, yo no sé ni la mitad de las cosas que me pasaron en la vida. Y aquí estoy aunque no quiera estar. Estar, lo que se dice estar quiero, quiero estar muerta!!!. Y vos, vos sos el que debería estar… no estar. Vos sos el río, el abismo. ¿Sabés qué sos? Un insecto, eso, un insecto que por un estúpido descuido se metió dentro de mi ser y lo invadió por completo. Eso es lo que sos, un insecto!!!.

Y no me vengas con… ¡Te prohibo llorar!. No, no, no quiero escucharte decir que no sabés lo que es prohibir o lo que es llorar. Bien que te las ingeniás para ser y crecer a costa mía. Sos un parásito, metido dentro mío, tranquilito, alimentándote de mí. Y, encima, haciendo preguntas cuando una…

Porque yo he sufrido mucho, vos no tenés ni idea de lo que he sufrido. A vos no te interesa. ¿Qué podría ser un insecto sino egoísta? ¿Y qué querés saber ahora? No me hagas reír.

¿Qué hay en este lado? Mejor no digo nada para no herir tus frágiles oiditos. ¿Qué hay? No me hagas hablar. De este lado todo es una porquería, todo es injusto. Y, sí, ¿acaso es justo que vos estés aquí dentro mío arruinándolo todo? Claro que nos amamos, escuchaste bien. Pero, ahora vos estás en el medio. (Llora amargamente)

Ves, te prohibo llorar y vos me hacés llorar a mí. Lo que pasa que soy una tonta y le doy demasiadas vueltas a las cosas. Hay que decidirse por un camino y adelante. Pero, ¿qué sucede cuando todos los caminos conducen al abismo? Ni siquiera se puede ir hacia delante. ¿Sabías eso, pequeña larva? ¡Qué vas a saber! ¡Viniste mandado por el diablo! Sí, Lucifer dijo: “A esta mujer tan agradable lo que le hace falta es una criaturita para sentirse plena, completa.” ¡Qué gran tipo es usted, Lucifer! Ah, que así voy a poder reemplazar al que perdí. No quiero juicios, no quiero estar en el banquillo de los acusados. No le debo explicaciones a nadie y menos al Diablo o a un insecto. Al que perdí. ¿Querés saber algo del que perdí? ¡Qué vas a querer! Ah, vos querés hablar de la palabra ternura, de la palabra futuro. Escuchás lo que te conviene vos. Yo te podría hablar de algunas palabras que estoy segura no te gustarían nada.

Juntos, ah, claro, ¡qué hermosa palabra! Juntos, ¿quiénes?, vos, yo, él. Yo no quiero, no quiero, no quiero!!!. ¿No sentís mi sangre hervir de furia y desesperación? Vos no sabés lo que es lindo y lo que es feo. No sabés nada. Cuando te sale el agua por los ojos. ¿Es lindo? ¿Es bueno o malo este dolor que sentís cuando algo te daña? Sí, hay cosas que son malas. Y si yo fumara tres paquetes por día. Te haría muy mal. Y, ¡cómo me gustaría!

Yo tuve una familia. Con otro hombre, no con éste, que, por otra parte, no sabe nada de vos. ¿Escuchaste?, nada. Con otro hombre tuve un hijo. Y se ve que mi cuerpo no es del todo apto para traer niños al mundo. Lo cierto es que, cuando quedé embarazada, embarazada, sí. Significa esta relación que tenemos vos y yo (se acaricia la panza con enorme ternura)

Sí, mi pimpollito de luz. Estoy embarazada de vos. No te gusta la palabra. Es un poco larga, ¿no? Hay otras peores. Pero a mí gusta decirte pimpollito de luz. Ah, ¿no me digas? ¿aprendiste la palabra miedo? Ahora sí nos vamos entendiendo. Miedo, sí, miedo, miedo, miedo. ¿Vos tenés miedo? Yo tengo miedo de ser débil y no poder salvarte. Salvarte, sí, porque no todo es nadar ahí plácidamente. Salvarte y salvar mi amor y mi vida. Yo dí más de veinte años y me quedé sin nada…Ah, no sabés lo que es salvar. Vos y tus preguntas!!!

Pero debo reconocer que ésta es una buena. Quiero evitar que me vuelva a pasar lo mismo, evitar que la vida sea… bah, ¿creés que yo puedo explicártelo todo? Estoy muerta de miedo y te confieso que sería hermoso no tener miedo y decirle sí a todo y dejar que las cosas sigan su curso, que el río vaya hacia el océano. Y vos ahí feliz nadando y nadando relajado y yo segura de que, con sólo darte un poco de tiempo y ternura, podrás crecer, dejarás de nadar y, un día, con ojitos asombrados, podrás ver mi cara, podré acariciarte, te sonreiré dulcemente cada vez que escuche tu voz y comenzaré a hacerte muequitas y ofreceré mis pechos para que te alimentes y continúes creciendo, creciendo, creciendo.

(En estado de desesperación toma alcohol, y varias pastillas) Sería muy lindo pero estoy enferma de miedo. Si supiera que mi cuerpo no va a cometer los mismos errores y todo va a ir bien. Si supiera… si tuviera alguna seguridad de… Ni el avance de la medicina me tranquiliza. Y no preguntes más qué es ésto o qué es aquéllo porque me parece que estoy hablando conmigo misma. Si las probabilidades que hay en nuestra contra vuelven a darse no podría soportarlo. Aunque el hombre que amo hoy no fuera como aquél que vivió rechazando a su hijo.

Se fue después de veintidos años… Su padre avergonzándose y rechazándolo todo el tiempo y yo protegiéndolo el día entero para compensar… y después nada. Bueno, mi pedacito de cielo, mamá está cansada. Vení que te llevo a la cama y te cuento una historia sí, mi pequeño, venga. ¿Papá? Mañana va a jugar con vos. Ahora te canto, te arropo. (Canta una canción de cuna)

(Habla con el hombre imaginario que fue su esposo) Siempre igual, él te esperó hasta dormirse. No creas que me preocupa con quién hayas estado, lo que me duele no es con quién querés estar allá fuera, sino con quién no querés estar acá dentro.

Y no me vuelvas a decir que lo ponga en una Institución!!!, no me lo vuelvas a decir o…

(Vuelve a hablar con el feto) ¿Y cómo sabría yo que con el hombre que hoy me ama y está dispuesto a todo, no va a pasar lo mismo? Con el tiempo puede acobardarse y huir. ¿No lo pensaste? ¿Qué digo? ¿Por qué no me dejás en paz?

Tengo que decidir. No puedo darme el lujo de… ¿Seguís tratando de entender lo que significa salvar? Yo no tengo la culpa. Y eso es lo que me enferma, no tener culpa de nada y vivir enferma de culpa. Tener que condenarte, pequeña larva, aunque se me parta el corazón, tener que condenarte para que la vida no nos condene después!!!

¡ Me estás volviendo loca porque huelo tus ganas de nacer y abrazarte a mi cuerpo y a mi alma!!!. Y aquí estoy teniendo que decidir, sola, fatalmente sola, porque vos estás pero no estás, soy yo sola en el universo teniendo que jugar a cara o cruz mientras los demás, los que son estupendos para opinar, me tilden de… Te condeno para no condenarte. O me mato. (Vuelve a tomar alcohol, toce, se descompone) Y nos vamos los dos. Juntos. Te gusta esa palabra. Juntos, de vuelta en el no ser absoluto, nadando en algún agujero negro del universo, limpios ya de dolor y culpa, de miedo y ansiedad. Más tranquilos que vos ahí dentro donde estás. Sólo basta con decidirse a cortar el hilo que nos ata a todos los problemas.

¿Querés tener un nombre?. ¿Para qué? El que perdí lo tenía y sufrió igual. ¿Qué gano ahora con darte un nombre? No quiero pasarme el resto de la vida haciéndote sentir que tenés que pedir permiso para existir. Hubiera sido muchísimo más fácil ser estéril que tener que lidiar con la ley de las probabilidades.

No aguanto el presente. Me tortura, me lastima demasiado. Quisiera estar mañana con el hombre al que amo y contarle lo que voy a hacer, y por qué lo voy a hacer y que él me comprenda.

(Se dirige al hombre imaginario que es su actual amante) Te amo, te amo tanto que no quiero que nada interfiera entre nosotros. Porque vos te cansarías y quiero preservar este amor que siento por primera vez. Gracias. Sabía que lo ibas a entender…

(Se desplaza hacia varias partes del escenario como en estado de enajenación)

O ir hacia el pasado, antes del descuido que permitió que vos estés ahí. Y la armonía vaga dulce por la casa y se enrosca en nuestros cuerpos enamorados y nos sonríen los gorriones desde el techo, un techo seguro apoyado en paredes seguras.

(Se detiene) Pero, ¿por qué sigo hacia atrás si no hay alegrías ni festejos ni glorias? ¿Qué masoquismo me inclina hacia el regreso? Ahora estoy sola, ha muerto mi niño enfermo y me he divorciado de mi esposo. Una soledad entretejida de llantos y un aire de libertad. Me veo caminar las calles como quien busca que algo bueno suceda. Aquí está mi muchacho, el que se fue, el que sufrió tanto. Te amé, claro que te amé, te amé tanto que se me quemó el corazón hasta quedar achicharrado. El problema no es amor sino el límite que tenemos para sufrir o ver sufrir a los que amamos.

(Comienza a sonreír y se desplaza por todo el escenario haciendo juegos y morisquetas) Pero, ¿qué es esa fiesta en la que todos bailan y ríen? Qué podría ser sino mi boda. Yo también reí y me ilusioné aunque no estaba tan enamorada como ahora. ¿Y eso? Una escuela, la secundaria, yo era muy estudiosa. Algunos decían que tenía muchísimo futuro, que podía ser lo que yo quisiera con sólo proponérmelo. Fui una madre abnegada. Esa cuota ya está paga. Pero… si allí está la otra escuela, la primaria y toda mi infancia repleta de rayuelas y manchas y ludos y mandarinos y muñecas que no hablan. (Se va aniñando) No quiero ir más a ortodoncia, papi, estoy cansada. Uyyy, ¡qué divertido!, soy una bebita con sonajero y chupete, da da da ug uñ uj ¡Cómo me quieren todos y me miman! Así da gusto vivir.

(Se coloca en posición fetal) Pero, qué me pasa? ¡Qué bien se siente estar nadando en el líquido amniótico! Quiero crecer, crecer, mamá, crecer y nacer y que nos amemos mucho, mucho. Seguramente ya tendrás un nombre para mí, un nombre hermoso que suene con música propia y que todos lo repitan llamándome para ir a jugar. Quiero nacer, mamá, quiero nacer y ser no importa qué, no importa cómo, más allá del fantasma de los miedos, quiero ser, mamá, nacer.

(La mujer sale de la posición fetal y queda sentada en el piso con los brazos cruzados y se hamaca constantemente) Calláte, calláte, por favor calláte, si te ponés así no puedo pensar, no te das cuenta que estoy ganada por la indecisión. No te das cuenta de nada vos!!!

Y tengo que tomar una decisión. Tengo que tomar una decisión. No puedo quedarme de brazos cruzados!!!!!, no puedo…no puedo…no puedo.!!!!!! (se desliza hacia el piso quedando tendida).

(Se apaga la luz y se intensifica la música fractal, a la vez que se escuchan latidos de un corazón, la mujer permanece tendida y entonces se oye un gran grito desgarrador) No puedo.Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!!!!!!!

 

FIN

“TE PROHIBO LLORAR” (Obra de teatro unipersonal)

De: Graciela Licciardi y Jorge Luis Estrella

Interpretación: Mirta Vidazo

Dirección: María Isabel Cané

Este texto ha sido enviado a  Telam, Noticias Argentinas, DYN, Clarín, Nación, Ámbito Financiero, Infobae, Crónica y Radios diversas.

Título de la ponencia: Maternidad ¿elegida o impuesta?

Por Graciela Licciardi

El tema elegido para esta ponencia está incluído en Nuevos Paradigmas, nuevos códigos y dentro de ello se encuentra el abordaje hacia la percepción del cuerpo femenino, la construcción de la subjetividad, la maternidad y la sexualidad.

 

Como introducción tomaré como ejemplo la pieza teatral “Te prohíbo llorar” de mi autoría conjuntamente con el poeta Jorge Estrella, que plantea, justamente, el conflicto de la maternidad, entre otros conceptos, de la que Vilma Osella, Periodista y Poeta relata sintéticamente el argumento, vertiendo, además, algunas apreciaciones de la misma: “ La obra es un monólogo cuyos pliegues, por momentos luminosos y poéticos y otros sombríos, inciertos, inquietantes comprometen al espectador en una singular aventura: penetrar en el laberinto del alma humana que cuando habita un cuerpo de mujer no escatima los miedos, las honduras, la incertidumbre, la ternura, la intriga, el misterio y el coraje. Todos esos atributos necesita esta mujer sin nombre ni estado civil evidente, que le habla a un embrión que late en su seno. Viene de una derrota sentimental, de una mala experiencia de pareja, de soportar el dolor de un hijo enfermo que su padre ignora y detesta a la vez. Viene también del máximo dolor de sufrir su muerte después de haberlo cuidado y amado en forma superlativa. En suma, viene de una separación traumática y de la peor prueba vital. Entonces se enfurece con este disímil proyecto de hijo; piensa que va a entorpecer esta nueva relación que la ilusiona, que la catapulta hacia una nueva vida, que le da indicios concretos de esperanza…

El espectador nadará en dudosas aguas¿ Ama o no ama la protagonista sin nombre a ese nuevo hijo al que insulta, acusa, explica, ultraja, y dialoga con él en ciertos momentos con infinita ternura? Esta ambivalencia nos introduce en la incoherencia interior de una mujer dolida y sola, que también sola, debe tomar una decisión. Las focalizaciones diversas, la predilección por las ideas descarnadas, a pesar de la desolación transitoria del personaje, genera una aceptación de ese final abierto que dice y no dice, pero advierte; que subyace y, en definitiva, deja librado al público el final, al mejor estilo Ionesco.

Ahora bien, conocida la temática que abarca esta obra, que expongo como ejemplo, me inclino a afirmar que se trata de un tema de carácter universal, ya que, en tanto la mujer como ser apto para la procreación, no necesariamente implica que siempre pueda o tenga que desarrollar la capacidad de maternaje; en este proceso se ponen en juego un conjunto de cuestiones psicoafectivas características para cada cual en particular, pues confirman los mismos profesionales, ser madre es parte de tener sentimientos ambivalentes. Durante siglos la mujer ha sido sometida a maltratos morales y deshumanizados donde con gran sutileza se le iba inculcando una cierta manía de destrucción dirigida hacia adentro que la sustraía de la percepción de lo que verdaderamente ocurría y se lo coloreaba de erotismo para conformarla. De ese modo, con la evolución de los tiempos se comenzó a producir en la mujer una “subjetividad” sometida a la ilusión de la utopía de la felicidad privada y así comenzaron a aflorar síntomas de violencia autodestructiva, sensación de vacío, depresión y melancolía que había pregonado Sigmud Freudy que, por tal motivo, el psicoanálisis comienza a realizar modificaciones dirigidas a la entropía: es decir a una medida de desorganización, enfermedad, vejez y muerte provocada por estas situaciones de cambio en el pensamiento femenino.

Ahora pregunto: ¿Acaso en esta multiplicidad de factores, esto se da porque la mujer ha sido víctima de nuevas significaciones en donde lo femenino maternal, que subyace en el imaginario social, se vio vapuleada por el duro juicio y conflicto acerca de si acceder o no a la maternidad?

Desde aquí deberíamos repensar si es verdadero ese “instinto maternal” que tiñe a la mujer de una connotación cuasi sagrada, sin asociarla a una figura sexual que desea algo para ella misma. ¿Acaso la maternidad unifica todo deseo en la mujer y oculta o deja afuera otros campos deseantes? En estos tiempos se celebra el individualismo como máximo exponente. La exaltación del Yo y por ende el narcisismo se consideran un logro. Pilles Lipovetski reivindica “el fin del homo politicus” y el advenimiento del “homo psicológico” que sólo cree en el bienestar. La cultura dominante pasa a ser la posibilidad de ser feliz con la adquisición de productos materiales siendo esto el fin de los lazos para vivir en comunidad. Por lo tanto lo que intento expresar es que en ese interjuego entre las pulsiones de vida y las de muerte se constituye la base que en la actualidad se erige dicho el individualismo y por el cual, la mujer que se encuentra ante una latente maternidad, se enfrenta a la disyuntiva de pensar si es verdadero o no, el deseo de concebir un ser. Sería bueno, entonces, que empecemos a indagar si, dentro de la trama social, hay un peso simbólico que impera en los ideales y valores culturales referidos a qué se espera de una mujer frente al hecho de la maternidad. La madre no es articulada como un sujeto sexual que desea algo para ella misma, puede incluir el control de otros pero no el de su propio destino. Esto se presenta como una certeza casi incuestionable, como un perverso entretejido de significados para la mujer que carece de toda explicación racional y para ello se necesita convertirlo en mito.

Sebastián Jorgi, narrador, poeta y dramaturgo confirma esta disyuntiva cuando manifiesta sobre : ”Te prohíbo llorar” que desgrana una letra fuerte, de una voz femenina dando cuenta de aquello que escribió Homero Expósito :»primero hay que saber sufrir…» y agrega que a partir de la apelación a la escuela secundaria y a la mamá, ofrece un crescendo hasta el final bien planeado. En ese interrogarse continuo, en esa duda existencial por el hijo futuro, la actriz se desdobla y va más allá de hablarse y cuestionarse a sí misma : le grita al mundo su angustia. Está impelida por confesarse, quizás para buscar la complicidad o la conmiseración de un mundo resquebrajado.

Mi cuestionamiento es entonces: ¿La ecuación mujer=madre congela traumáticamente el interrogante sobre lo que en forma enigmática desea una mujer? ¿ tendería, entonces, a amar narcisísticamente? ¿buscaría amar al hijo como extensión de su propio cuerpo y no como objeto diferenciado? Con estas preguntas me propuse abordar este anudamiento irreductible que está dado por la pugna entre lo que ofrece el discurso cultural y el anhelo individual. Es común escuchar de los hombres frases tales como: “quién lo va a entender mejor que la madre…no hace falta ni que se hablen…ella sabe lo que el hijo necesita” y entonces se cae en el error de creer que las organizaciones familiares caracterizadas por una excesiva intensidad en la relación madre-hijo y una figura paterna desdibujada es la mejor solución para cargar todo el rol social, educativo y psicológico sobre la mujer.

Ahora bien, escuchemos las opiniones de tres entendidos, sobre la obra “Te prohíbo llorar” pero tomando sus conceptos no como calificativos de la misma, sino como planteo dentro de sus propias ideas vertidas, sobre el tema hoy en cuestión planteado y cuya especificidad intento definir:

María Laura Scazziotta, Licenciada en Psicopedagogía, opina que en “Te prohíbo llorar”se sufre con el alma y con el cuerpo. Angustia la permanente ambivalencia: lo deseado y lo temido. Lo amado y lo odiado. La vida y la muerte. “Encrucijada de la que no escapa ninguna mujer y que no se resuelve jamás”. Ninguna mujer deja de pasar por esos momentos cuando se sabe gestando, independientemente de la decisión que tome. Aunque parezca que no deseó ese hijo, así fue. No existe el embarazo no deseado. Viene incluido en el paquete del amor heterosexual, la necesidad de eternizarlo en la encarnación de un hijo. El amor es vida y la vida siempre quiere más, porque la vida es deseo. Pero en la vida también está la duda, el egoísmo, el amor a uno mismo que limita nuestra generosidad y nuestras ganas de dar a otro vida.

María Cristina Pizarro, Profesora, Escritora: dice: El texto de la obra dramática “Te prohíbo llorar” se inscribe como monólogo en el que se conjugan distintas voces que arman la trama, tal vez sea la triada de madre-padre-hijo, y con mayor énfasis se plantea la cuestión en la díada, a partir del cuerpo que fecunda un ser en su vientre.

Hay una historia que se construye a partir de la intriga de la indecisión. Este proceso es una síntesis de elementos heterogéneos que se suceden en el relato de la protagonista, que sufre, que tiembla de miedo, por los múltiples acontecimientos pasados y el incidente que constituye el eje del conflicto que es temporal y define el sentimiento de angustia y frustración ante la pérdida por el abandono de su primer marido y la muerte de su hijo. Hay un tiempo que pasó y dejó heridas abiertas y hay otro tiempo que continúa, no se puede detener a pesar de la actitud de la mujer de mantenerse atenta y con manos a la obra. Se suscitan corrientes antagónicas en el personaje que duda ante el nuevo alumbramiento y el deseo de vida de ese nuevo ser que se está gestando , que todavía no tendrá nombre, y que a decir de ella, es un insecto, una larva y que sin embargo, pugna por nacer.

Ernesto Goldar, Poeta, Ensayista y Pensador expresa de la Obra que “El amor es una estructura ausente. Dice el personaje: “Yo dí más de veinte años y me quedé sin nada/ Ahora estoy sola, ha muerto mi niño enfermo y me he divorciado de mi esposo/ El problema no es el amor sino el límite que tenemos para sufrir o ver sufrir a los que amamos”. Y Goldar continúa: el amor está cuestionado por la desdicha. Es una suma de decepciones, un acontecer angustioso, un sueño de humillación y fracaso. Es imposible en la aventura de la protagonista, y el destino de la maternidad, será una razón recurrente para impedir que el hombre y la mujer se amen. El matrimonio sin amor, las mitologías que aprisionan las costumbres sexuales, la posibilidad de existir refugiada en los recuerdos y las ensoñaciones, las exigencias controvertidas con la realidad, las confesiones en palabras irreparables, las imágenes del pasado saturadas de dolor y nostalgia y el amor con “sufrimiento”, develan, sin duda, masoquismo. La pareja, no el niño, es la enjuiciada, porque los devaneos de la confesión instituyen que las relaciones están sin realizar, son contratos incoherentes y desajustados, sancionados por la misma relatora, que nos dice que el amor ha sido un mito y el sexo una percepción descorazonadora…Parece ser que en “Te prohíbo llorar” las parejas nacen escépticas, oprimidas por una niebla de culpabilidad, y no pueden crecer. El matrimonio asuela; es pura ideología, un antiamor enteramente.

De esta forma, continúo, advertimos en estos discursos, cómo cada ser humano ve desde una perspectiva diferente; algunos hablan de angustia, de indecisión, de ansiedad, de escepticismo, pero también de amor, de deseos incumplidos, de negaciones y de intrigas, de ensoñaciones y de fecundación, y yo agrego: ¿acaso las mujeres que no quieren o no pueden ser madres quedarían condenadas al exilio?. Pero también están las otras: aquellas que ejercen abuso de poder que tienen como madres, pero esas no son condenadas o cuestionadas. Y entonces pregunto: ¿frente al dilema bioético que supone la interrupción de un embarazo, prevalece el derecho de la mujer a asumir autónomamente y con libre decisión el hecho de hacerlo?, ¿está prevista la objeción de conciencia para los profesionales que no quieran practicar dicha interrupción?

Las respuestas están en nuestras mentes, en nuestro intelecto pero también en nuestro corazón. Sólo pretendo no empobrecer la perspectiva de la realidad sino actualizarla desde ideas por mí expuestas en esta ocasión. Pero sepamos que más de 250 organizaciones de mujeres, sociales y de derechos humanos aspiran a que la maternidad sea una elección y no un mandato; para ello se destaca en los fundamentos de un proyecto de ley que prevé el acceso gratuito al aborto en hospitales públicos y su cobertura en clínicas y sanatorios de obras sociales y prepagas hasta las 12 semanas de gestación y más allá de ese límite en casos de violación, malformaciones graves fetales y riesgo para la vida o la salud de la mujer.

La maternidad puede ser elegida o impuesta, hay una diferencia abismal entre un concepto y el otro, hay miles de razones para optar pero yo, Graciela Licciardi, estoy a favor de la vida, más allá de las circunstancias, porque Dios es el que da y Dios es el que quita; todo es cuestión de creerlo.

 

Bibliografía: 

Freud: “El malestar de la Cultura”/ Topía artículo”Un paradigma de la época”/Página 12: El País: Maternidad como elección/ Gloria Abadi: “Maternidad y poder”

La Resiliencia un punto de vista distinto en la poética escritura.

Por Graciela Licciardi

El término Resiliencia, según el diccionario, es la resistencia que oponen los cuerpos, especialmente los metales, a la ruptura por choque o percusión, luego se empezó a aplicar como “ una esperanza realista” y empezó a utilizarse en Medicina, Educación, Pedagogía, Sociología y Trabajo Social.

El origen etimológico del término deviene del latín “Resiliere”, que quiere decir “rebotar”, en este caso es la capacidad de la gente, de los pueblos, de rebotar a pesar de esas circunstancias que “lo tiran hacia abajo”. Si consideramos a la Resiliencia un proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en un contexto de gran adversidad podemos decir: ¿acaso frente a los cuestionamientos adversos que se nos han presentado en la vida, la escritura nos ha servido como un acto altamente positivo para que, en la catarsis efectuada, nos hayamos podido despegar de todo lo negativo que hubiera sido de no depositar en ella toda esa adversidad y se haya trocado finalmente en algo positivo?

Boris Cyrulnik de Francia, habla de la maravillosa desgracia. Si consideramos resiliencia al proceso dinámico que tiene como resultado la adaptación positiva en un contexto de gran adversidad, podríamos decir que, en este mundo donde la adversidad es un factor común y diario, para lograr la manifestación artística, verdaderamente todos los que hacemos posible algo de este orden, somos resilientes. El acto de escribir, por ejemplo, implica un optimismo realista, aporta una mirada esperanzadora, porque procura trabajar sobre la fortaleza más que con la debilidad. Es importante que frente a la adversidad veamos un desafío y no un riesgo aplastante, dentro del marco ético y moral de la comunidad. La facultad de una construcción positiva, no es sólo afrontar la desgracia, sino además es construir positivamente sobre ella.

Hay elementos que a modo de disparadores nos permiten trabajar sobre las relaciones existentes entre el humor y la resiliencia incluyendo la temática de la subjetividad en la escritura. La cultura actual muestra una exaltación de la individualidad con una promesa de realización personal y una buena dosis de indiferencia respecto del conjunto solidario, donde el éxito se promueve como una pura afirmación personal que prescinde de los sistemas de reconocimiento y del trato con el otro. En este sentido, la Literatura debería denunciar estos conceptos y además generar un acercamiento al individuo para deshacer estas particularidades antes mencionadas.

Hay un autor, Jamerson, estudioso de la posmodernidad, que establece una comparación entre dos obras de autores que se han dedicado a pintar zapatos. Uno de ellos, Andy Warhol, es un plástico que ha producido innumerable cantidad de objetos. Llegó a realizar una serie de zapatos pintados a los que llamó Zapatos de polvo de diamantes y también Van Gogh pintó una serie de ellos, sobre la que Heidegger llegó a hacer el siguiente comentario que habla de la capacidad alusiva de esta obra: En la oscura intimidad del hueco del zapato está inscripta la fatiga de los paseos del labrador, en la ruda y sólida pesadez del zapato está afirmada la lenta y pertinaz pisada a través de los campos.

Jamerson señala que los zapatos de Van Gogh, estos zapatos campesinos expresan una composición histórica de sentido , hay una percepción de pobreza, del esfuerzo, del dolor y del sacrificio, una dimensión de la humanidad. Se transmite sentido, hay una exigencia de comprensión histórica, un abandono de lo diacrónico con un inclusión de categorías temporales.; los Zapatos de polvo de diamante de Warhol, son bellos e impactantes pero no remiten a nada, el observador no va más allá de su contemplación, carece de sentido, hay un goce de la sensación visual, un dominio de lo sincrónico y categorías de espacio.. También debemos saber que todavía subsisten en algunos barrios, clubs, plazas, cafés, lugares sociales de diálogo y de sostén, fomentan los encuentros y la interacción, promueven sentimientos de identidad y pertenencia y son productores de una identidad historizada. Los hiperespacios modernos, en cambio, los shoppings, las avenidas, los grandes hoteles y tiendas promueven encuentros acotados, pasajeros, donde se da una pérdida de la singularidad histórica. Podemos apreciar entonces que es más fácil interactuar con la escritura en espacios pequeños como los cafés literarios, grupos de encuentro reducidos, donde el ambiente es más intimista y la contención se hace notoria, esto en el orden del sentido de pertenencia antes mencionado, donde nos sentimos valorados en todo el quehacer artístico.

Las personas resilientes se manifiestan conformes con ellos mismos y tienen confianza frente a la ayuda que le pueden brindar otras personas; sienten que los demás no depositan en ellos expectativas superiores a sus posibilidades y afrontan sin desesperanzarse las limitaciones que la vida presenta. Los que escribimos, a mi entender, aplicamos estos términos resilientes en muchos aspectos de escritura misma y ella como medio de apoyo formal que nos ayuda a seguir adelante, garantizándonos un crecimiento y desarrollo humano para desempeñar funciones de excepcional relevancia en la sociedad en que nos toca desenvolvernos.

En síntesis la Resiliencia en la escritura es una idea atrayente para rescatar las potencialidades de los beneficiarios. En la escritura se asumen aspectos de la resiliencia que pueden ser promovidos: autoestima, autonomía, creatividad, humor e identidad cultural.

Por último cabe preguntarnos ¿ es posible estructurar un proyecto escritural con enfoque de resiliencia a partir de los resultados de compromisos asumidos con las comunidades y los diversos aportes de las contrapartes del proyecto?

El espejo dudoso de las convicciones propias.

Por Graciela Licciardi

PARTE TEÓRICA BASES DEL CRISTIANISMO VERSUS PREGUNTAS PARA CONTESTAR-TE EN UN DÍA SOLEADO, O UNA TARDE LLUVIOSA O UNA NOCHE SIN ESTRELLAS O CUANDO QUIERAS.

RELIGIO VERA

DIOS ÚNICO Y VERDADERO

RACIONALISMO (ANÁLISIS DE LA REALIDAD)

FE CRISTIANA

FILOSOFÍA

CONOCIMIENTO

CIENCIAS NATURALES

DESMITOLOGIZACIÓN

HISTORIA

PODER DE PENETRACIÓN

 

A PARTIR DEL SERMÓN DE PABLO EN AREÓPAGO (CENTRO DE LA CULTURA ANTIGUA) TODOS ESTOS CONCEPTOS NO SE CONTRAPONEN.

FILIPENSES 4:8 TOMAD EN CONSIDERACIÓN TODO LO QUE HAY DE VERDADERO, DE NOBLE, DE JUSTO, DE LIMPIO, DE LAUDABLE, DE VIRTUOSO Y ENCOMIABLE.

 

TODOS PUEDEN ACCEDER

LA FILOSOFÍA LLEGA HASTA LA VERDAD

EL ARTE DE VIVIR Y MORIR RECTAMENTE AL QUE SÓLO SE PUEDE LLEGAR A LA LUZ DE LA VERDAD FÍSICA Y METAFÍSICA

SÓLO SE VENERA AL DIOS VERDADERO

PODEMOS RECONOCERLO EN LA NATURALEZA A TRAVÉS DEL PENSAMIENTO

DIOS ES MÁS QUE LA NATURALEZA

NO ES UN DIOS QUE GUARDA SILENCIO

EL HOMBRE PUEDE Y DIOS SE HA UNIDO AL HOMBRE

DOBLE MANDAMIENTO: AMAR A DIOS Y AL PRÓJIMO

RAZÓN – FE Y VIDA

AYUDAR CON AMOR A LOS QUE SUFREN, A LOS POBRES, A LOS DÉBILES

 

CONTROVERSIAS

¿LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN HACE PARECER “SUPERFLUA” LA HIPÓTESIS DE DIOS?

HAY PRUEBAS CIENTÍFICAS DE LOS PROCESOS DE MACRO Y MICROEVOLUTIVOS

SIN EMBARGO EL PRINCIPIO ERA EL VERBO

ENTONCES LA NATURALEZA-HOMBRE-DIOS-ETHOS (PARTE DE ESTA VISIÓN) – RELIGIÓN ESTABAN INDISOLUBLEMENTE VINCULADOS ENTRE SÍ

¿HOY LA HUMANIDAD ESTÁ EN CRISIS?

AFIRMAMOS QUE: PARA DAR DE NUEVO UN SENTIDO CLARO AL CONCEPTO DE CRISTIANISMO HAY QUE BASARSE POR IGUAL EN

RECTO OBRAR (ORTOPRAXIS)

RECTO CREER (ORTODOXIA)

 

POSICIONES DE ALGUNOS FILÓSOFOS

KANT: SE LE ATRIBUYE LA MUERTE DE DIOS.

SARTRE: EXISTENCIALISMO ATEO.

SANTO TOMÁS Y HEIDEGGER: INSTRUMENTOS PARA UNA TEOLOGÍA MÁS MADURA.

HUME, FREUD, MONOD Y MARKS: ATEOS Y REVOLUCIONARIOS.

HEGEL: FILOSOFÍA DEL DESENCANTO.

REFLEXIONES: CON LA PRÁCTICA DE LA CIENCIA, LA FÍSICA CUÁNTICA SE LLEGA A  VERDADES EMPÍRICAS (DEMOSTRABLES)

UN TEXTO POÉTICO POR EJEMPLO ES LA INTERPRETACIÓN DE UNA VERDAD.

SI LOS FILÓSOFOS HUBIERAN ADMITIDO QUE DIOS EXISTE Y QUE HAY UN ALMA INMORTAL, LA FILOSOFÍA SE HUBIERA CONVERTIDO IRREMEDIABLEMENTE EN TEOLOGÍA.

 

Y AHORA EL ESPEJO DUDOSO

¿QUÉ RECONOCÉS EN NUESTRAS BASES NUEVOAPOSTÓLICAS?

¿PENSÁS QUE EN JESÚS ESTÁ LA VERDAD?

¿Y QUE EN LOS APÓSTOLES ESTÁ LA LA REVELACIÓN DE LA VERDAD DE DIOS?

¿SE CONFRONTA TU RAZÓN A TU FE?

¿HABLAR DE TU FE NUEVOAPOSTÓLICA Y DE TU CREENCIA EN LA ESPERA DE LA VENIDA DEL SEÑOR TE ESCANDALIZA ANTE VOS MISMO Y ANTE LOS DEMÁS?

¿CREÉS QUE LA IGLESIA NUEVO APOSTÓLICA ES LA VERDADERA IGLESIA INSTITUÍDA POR DIOS SOBRE LA TIERRA?

¿ESTÁS DISPUESTO A DEMOSTRAR TUS CONVICCIONES?

¿TE PARECE UNA LOCURA PENSAR QUE EN EL DÍA DE LA VENIDA DEL SEÑOR LOS MUERTOS RESUCITARÁN?

¿PENSÁS QUE ES ABSURDO QUE DIOS, DESDE SU OMNIPOTENCIA Y OMNIPRESENCIA, SE PONGA EN JUEGO POR VOS Y POR TODOS SUS HIJOS?

¿SENTÍS LA PRESENCIA DE DIOS EN TU VIDA?

¿PODÉS VIVIR SIN FE Y DARLE SENTIDO A TU EXISTENCIA?

¿SI ESTÁS PASANDO POR UN MOMENTO DIFÍCIL EN TU VIDA, A QUIÉN RECURRÍS?

¿ENCONTRASTE YA A UN SIERVO “CÓMPLICE AL QUE LE PUEDAS CONFIAR TUS DUDAS, MIEDOS, ALEGRÍAS, EMPRENDIMIENTOS, SENSACIONES, TRISTEZAS, O SI ESTÁS EN LA BÚSQUEDA DE ALGUNA PAREJA?

¿CÓMO TE VES A VOS MISMO Y A LOS DEMÁS, CON UNA MIRADA CRÍTICA O MISERICORDIOSA?

¿TE INTERESA TRABAJAR EN LA COMUNIDAD, TE INTEGRÁS CON LOS DEMÁS JÓVENES Y SIERVOS DE LA MISMA?

¿SI SENTÍS CARENCIA DE HORIZONTES, O ALGO GRAVE TE PASA, TENÉS CON QUIÉN CONVERSAR DENTRO DE TU COMUNIDAD PARA QUE TE ALIVIE, TE ORIENTE O SIMPLEMENTE TE ESCUCHE?

¿TE SENTÍS INVOLUCRADO EN LAS PALABRAS DEL APÓSTOL NORBERTO BATISTA: “TODOS NO PODEMOS HACER TODO PERO TODOS PODEMOS HACER ALGO”?

¿SABÉS QUE QUIEN HACE LO QUE PUEDE CON EL CORAZÓN, HACE MUCHO?

NOS GUSTARÍA QUE VENGAS A EXPRESAR TU OPINIÓN EN PÚBLICO

¿QUÉ TE PARECE EL DESAFÍO?

El erotismo en la literatura.

Por Graciela Licciardi

Como testimonio artístico me puedo referir a la universalidad de la vida en tanto que toda obra de arte es una experiencia en la que el artista se compromete.

Sabemos que en culturas androcéntricas todo lo referente a las mujeres es subvalorado, consciente o inconscientemente ya que existiría por mucho tiempo esta cultura marginadora, que fue cambiando, felizmente, con el tiempo.

Por lo tanto mi propósito acerca del tema del erotismo en la Literatura, lo quiero abordar desde un punto de vista femenino y, desde esa mirada universal de la vida, antes mencionada, ir hacia la escritura como una forma de entrar y salir de esos ámbitos, desde lo visceral hasta la ficción, en un ir y venir constante y necesario hacia la madurez humana y escritural.

Cuando se tomó con más ímpetu el erotismo en la Literatura comenzó a aparecer el cuerpo desnudo, se rompieron viejos patrones y la poesía erótica escrita por mujeres se constituyó en un testimonio de vida, inmersa como estaba, en una sociedad cuya lógica era la muerte. En tanto comprendamos que comprometerse con la vida es ser capaces de escucharnos desde adentro, podremos abrirnos a la diversidad y escribir sobre ello.

Las mujeres hemos accedido sin remilgos al mundo de los hombres y lo hemos plasmado en la Literatura, en tiempos en que estaba prohibido hablar y escribir de orgasmos; se nos había catalogado de incoherentes con el deber, de desubicadas históricas o poetas cursis. Grandes escritoras como Silvina Ocampo, Delmira Agustini, Alfonsina Storni, Inés Arredondo, Sor Juana, entre muchas otras, son prueba de valentía, ya que han podido, a través de la Literatura erótica, perturbar las ensoñaciones de muchos para acentuar el aliento transformador de su creatividad.

El erotismo, a mi entender, es la vida de nuestro cuerpo, en lo inherente a la sexualidad, como también de nuestro pensamiento y todo lo que es espiritual, es dejarse fluir, comunicarse, hablar, asumiendo la responsabilidad y el placer de ser.

El erotismo en un texto, entonces, reside en lo invisible. Toda representación visual o lingüística que deje lo invisible en toda su dimensión, es erótica. En ese sentido lo erótico se consustancia con la literatura porque en ella se deja un margen muy grande para la imaginación; es el refinamiento de la sensualidad: Debo señalar, además, que la literatura erótica alcanzó su mayor apogeo desde el siglo XVIII.

Las mujeres que escribimos textos eróticos nos sentimos, en cierta forma, revolucionarias ya que lo que yace en el fondo de toda gran literatura de este género, es una enorme carga de malicia, dotada de una alegoría y metáfora del placer. Y, en esa revolución, poseemos algo de extraño y embriagador del orden de lo prohibido que nos seduce.

El erotismo es ausencia y extrañamiento, es la rememoración de lo ausente, donde se somete a los genitales y los convierte en lengua y entendimiento. Esa búsqueda de un más allá del sexo es lo que imprime carácter de sagrado al erotismo. Ha sido siempre tabú y también un comportamiento que induciría al hombre y a la mujer a liberarse de lo tradicional y canonizado, razón por la cual ha sido combatido. Para las religiones y algunas instituciones, los textos eróticos trasuntan una exageración morbosa del instinto. No tenemos que olvidar que, gracias al erotismo, podemos obtener placer ya que es ese acto omprensible en el que se viven los trances más formidables, para vencer la otredad; cuando logran quedar plasmados en el papel, nos encontramos ante la manifestación más acabada del arte.

También en la escritura, el miedo y el vértigo, que se acercan al encuentro sexual y al conocimiento de la animalidad, con su carga de enorme erotismo, se consideran la suprema invención de nuestras culturas.

Octavio Paz ha dicho que el amor es una respuesta hecha de tiempo y conciencia de la muerte y es una tentativa por hacer del instante una eternidad.

Ya en el Cantar de los Cantares de Salomón, en la Biblia, se advierte ese juego de fabulaciones, de atracciones y repulsiones que interactúan en la narración, con pausas, avances, retrocesos, silencios y declamaciones. Es el goce por la ausencia de lo amado o lo que se desea, reflejado en los textos a través de la sugerencia. El caos, lo imprevisible, es lo que nos impela a salir de nosotros mismos para cifrar nuestros anhelos en lo distinto y proyectarnos al exterior.

Cada relato erótico es como una caja donde el autor ha encerrado sus energías más potentes con las que tiñe todo con un manto de deseo. Enciende la mecha para que el fuego arda, pero lo hace lentamente, con la suficiente morosidad como para que el deseo crezca, se inflame y luego fulgure. Es una insinuación dulce y sugerente del placer sexual, visual y estético. La palabra burda, soez y explícita está ausente, de otra manera se constituiría en pornografía.

Un texto cargado de erotismo da al lector un apoyo para promover sus propias fantasías que aflorarán en la medida en que esas sugerencias y movimientos del relato lo vayan seduciendo. Estará bien escrito si consigue suscitar respuestas imaginativas. A mi entender, sin una actitud irreverente es imposible crear una literatura erótica despojada de prejuicios.

Como escritora me siento una moderadora de voces sin nombre y cuando escribo textos eróticos entiendo que en esas voces creadas cohabitan los instintos más bajos y los deseos sexuales de mayor sensualidad, y hasta los más promiscuos, en el acto de l creación.

El erotismo, en materia literaria, es la metáfora del amor en todas sus dimensiones. Las mejores obras eróticas fueron rescatadas de las hogueras y lugares clandestinos. El erotismo está presente en toda pasión amorosa y un texto literario no está exento de ello, ya que es una escritura que perdura en la memoria. A todos nos apasiona el erotismo en las obras de arte, por ejemplo, y considero más aún en la escritura ya que es un acto heroico donde se deja de lado el puritanismo y se da paso al manejo de un lenguaje que debe alcanzar un nivel estético que lo diferencie de lo obsceno y grotesco donde a lo sexual se le brinde un decorado artístico, sin escatimar el placer y el goce.

Se trata de narrar con lucidez los meandros de la intimidad, con la intención de despertar en el lector una inexorable pasión sexual.

Considero que no es un género menor y me parece encomiable poner énfasis en defender el erotismo de cualquier avatar. El goce estético del ejercicio literario nos exige involucrarnos con todos los sentidos, ya que en ellos también se les adiciona lo emocional.

Este deslumbramiento de la estética, que produce la escritura erótica, queda tatuado en la mente como imagen. No requiere de la exhibición de ninguna parte del cuerpo para ser conscientes de los placeres que de él se derivan.

Por medio de la literatura erótica podemos dar voz a ese cuerpo al que desnudamos a través de la palabra.

Escribir sobre el erotismo es otro de los rostros del amor en el que revivimos la exitencia del otro, en ternura, caricias y sensualidad. Existe, además, una exaltación sentimental en la que el poeta o narrador intenta exorcisarse del objeto amado a través de la idealización del mismo; la operación del erotismo es alcanzar al ser en lo más íntimo hasta el desfallecimiento. La pasión en lo erótico se trata de una búsqueda imposible y en el texto debe estar reflejado. Es el terreno de la violencia y lo más violento es la llamada ¨pequeña muerte¨, que es el orgasmo. Es el agotamiento de una voluptuosidad donde la angustia aparece en un aniquilamiento súbito y luminoso como la aprobación de la vida hasta en la muerte; un desafío a la unión de los amantes. El texto erótico en la función del manejo del lenguaje se reivindica de las reticencias a lo sagrado y profano, también a lo prosaico y lírico, como una manifestación sublime de la condición humana.

En este mundo globalizado, donde lo sexual se difunde vertiginosamente, no se debe caer en la vulgaridad o el simplismo sino, en literatura y sobre todo en la erótica, deben encontrarse expresiones en la que la perífrasis y las metáforas enunciadas constituyan un lenguaje rico en matices en el léxico y exento de términos científicos, donde se aluda a las pasiones de manera sugerente y poética.

En la pos-modernidad se ha logrado que el tema erótico esté quedando en manos de la juventud que está modificando los códigos morales de sus antepasados, ejerciendo una fuerza de atracción más potente sobre la gente.

Estamos aprendiendo a leer correctamente el texto erótico, venciendo las fronteras entre lo celestial y lo infernal, la moralidad y todas sus negociaciones, penetrando en ese universo de una poética donde lo sensual, lo sugerente, las inclusiones, despidos, intercambios y contaminaciones se diseminan en nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro intelecto, con el pulso placentero que explora hasta lo más íntimo de nuestro ser; es ese juego infinito, un entretejido de palabras difíciles de olvidar.

Además, debo destacar que en la actualidad no existe tema que la literatura infantil y juvenil no se atreva a tocar y el erotismo no es una excepción.

Todas las mujeres que escribimos literatura erótica, de alguna manera, llevamos dentro ese concepto de rebeldía con la que no aceptamos la tiranía patriarcal que, admitamos, todavía y, a pesar de todo desarrollo, sigue imperando, aunque lo haga más soslayadamente.

Ya es indudable que existe una fuerte presencia del yo femenino en la literatura erótica que revela una desnudez absoluta, aún cuando haya implicado un trabajo filosófico. Para mí, como mujer, la forma de llegar a ella ha sido motivo de resistencia y enfrentamiento ya que he puesto el ser al descubierto, teniendo conciencia de la sexualidad corporal, en ese universo erótico, en el que por naturaleza me encuentro inmersa.

Cuando escribimos literatura erótica logramos liberarnos de la prisión de nuestro cuerpo; somos capaces de elevarnos a alturas insospechadas de nuestro intelecto. Ya las voces más sensibles que llevamos dentro hacen que nos atrevamos a mirar desnuda nuestra propia figura y la del hombre que en una vida cotidiana, forcejea su lugar. El hilo sostenido a través de un caudal de imágenes, el deseo de decir la última palabra, la entelequia de las lenguas, la soledad desamparada de no conseguir tener al otro semejante, que marca el erotismo, la incorporeidad de ese fantasma que no está pero que se imagina oliéndolo, lamiéndolo, gozándolo en el placer y el goce, dibujando los contornos de una sexualidad que se les imprima a los personajes, eso, es logrado a través del texto erótico.

A mi entender, si rompemos las cadenas de la propia voz sin esperar nada, entre la estupidez y la locura, donde el alma se deslice a lo largo de las frases o a su compás y la mirada recorra la extensión del papel y la punta del lápiz orade las palabras, donde los poetas y narradores pasemos a ser la materia prima de nuestros sueños, entonces, allí estaremos escribiendo con erotismo.

Cuando conseguimos que un conjunto de palabras apuesten y den cuenta de un sexo, de una piel que es transitada en la mortalidad de unos cuerpos inteligentes y sagaces y adquirimos la capacidad de hablar y decir y callar el momento, sin estertores, en donde la fugacidad de los sonidos de la muerte queden de lado, para dejarse envolver por una pulsión que se hace eco, en ese mismo cuerpo que dice, que explora, que escribe sobre un saber desnudo y plácido, vemos cumplida la empresa de haber escrito un texto erótico.